Tú eres quien mejor conoce a tu perro, y reconocer los signos de artrosis es un paso crucial para mantener su calidad de vida. A menudo, los signos que notas están relacionados con el dolor que siente tu perro y su respuesta a él. Sin embargo, es fácil confundir estos signos con el envejecimiento normal y eso puede impedir que se haga un diagnóstico precoz, que es fundamental para que tu perro siga estando feliz, sano y sin dolor. En los siguientes vídeos animados exploramos los signos de artrosis en más detalle y te ayudamos a entender a qué debes prestar atención.
¿Ya no lo ves animado en los paseos?
A medida que la artrosis hace que se desgasten las estructuras internas de las articulaciones, a tu perro le puede doler cada paso que da. Para intentar mitigar ese dolor, empieza a moverse más despacio al pasear y podría costarle trabajo seguir el ritmo.
¿Te preocupa su rigidez?
La artrosis hace que se desgasten las estructuras internas que protegen las articulaciones. Esto produce una rigidez que reduce el movimiento y puede causar dolor. Puede que tu perro, anticipándose a ese dolor, evite ciertos movimientos y eso le haga parecer aún más rígido.
¿Ya no se acurruca en el sofá regularmente o necesita ayuda para subir al coche?
El dolor articular y la rigidez hacen que saltar sea cada vez más difícil. La artrosis reduce la absorción de los golpes, por lo que el impacto al caer es más doloroso para tu perro. Como el perro anticipa que le va a doler, empieza a saltar con menos decisión y por eso necesita ayuda.
¿Notas que cojea después de hacer ejercicio?
Las articulaciones de tu perro podrían estar inflamadas y dolerle por la artrosis, que se agrava con el ejercicio. Además, en los casos avanzados de artrosis, la masa muscular que estabiliza las articulaciones disminuye. No obstante, avanzada o no, tu perro podría acabar teniendo dificultad para apoyar el peso sobre las patas, lo que podría resultar angustiante para él y para ti.
Cuando se levanta tras llevar un rato tumbado, ¿notas que le cuesta moverse?
Como la artrosis provoca que los fluidos de las articulaciones sean menos viscosos, tu perro empezará a sentirse dolorido y rígido. Esto ocurre sobre todo después de descansar un rato largo, por lo que le resulta más difícil y doloroso levantarse. Por eso se mueve más despacio, para intentar reducir esa molestia.
¿Ya no tiene tantas ganas de seguirte por las escaleras?
Subir escaleras ejerce una presión extra en las articulaciones que, en caso de artrosis, puede causar dolor y hacer que tu perro dude o se muestre reacio ante ellas. No es que no quiera subir contigo, solo quiere evitar el dolor que sufrirá al hacerlo.
¿Ya no pasáis tanto tiempo jugando?
Como la artrosis causa dolor en las articulaciones, a tu perro le resulta más difícil e incluso doloroso moverse. Puede que le coja miedo a ese dolor y por eso no quiera jugar, privándoos de esos momentos de diversión compartida.
¿Lo notas sensible cuando vas a acariciarlo?
Las articulaciones de tu perro pueden volverse muy sensibles por culpa de la artrosis y, con el tiempo, esa sensibilidad puede extenderse a todo el cuerpo y provocarle dolor al tacto. Así que empieza a llorar o a estremecerse cuando vas a cogerlo o acariciarlo, impidiendo que estés cerca de él.
¿Elige constantemente lugares diferentes para descansar o le cuesta ponerse cómodo?
El dolor por artrosis puede dificultar que tu perro se acomode, por eso intenta encontrar un lugar para tumbarse que reduzca la presión de las articulaciones. Aunque pueda parecer que solo busca sitios nuevos para descansar, en realidad, es un signo de que tiene dolor.
¿Está irritable o agresivo contigo?
El dolor por artrosis puede ponerlo a la defensiva ante cosas que podrían hacerle daño, como que lo toquen. No quiere ser agresivo, solo tiene miedo al dolor y por eso se pone a la defensiva incluso con la persona a la que más quiere.
¿Ya no se acicala tanto como antes?
El dolor articular por artrosis impide a tu perro alcanzar físicamente algunas zonas de su cuerpo, por lo que se acicala menos a menudo para intentar evitar el malestar que le causa llegar a esas zonas. Por eso es posible que veas o sientas un deterioro en su pelaje, antes tan suave y acariciable.
¿Evita a otros perros, personas o incluso a ti?
El dolor constante por artrosis disminuye la actividad y la habilidad de tu perro, y hace que esté incomodo. Por eso deja de disfrutar de actividades que antes le gustaban y de ser sociable, y empieza a querer pasar más tiempo solo, privándoos a ambos de vuestra compañía mutua.
Al igual que las personas, los perros con artrosis pueden tener días buenos y malos. Con cualquier enfermedad crónica, puede haber días en los que tenga un brote de dolor (una reaparición repentina de los signos) y haga falta controlarlo para que se sienta lo mejor posible.
La artrosis es una enfermedad degenerativa de las articulaciones que se estima que padecen dos de cada cinco perros. Provoca dolor y otras molestias que pueden afectar negativamente a la calidad de vida de tu perro. Pero ¿por qué es tan importante reconocerla a tiempo y cuáles son los signos a los que hay que prestar atención?
Si sospechas que tu perro tiene artrosis, es normal que te preocupe cómo ayudarlo. Al fin y al cabo, todos los tutores quieren que su perro lleve una vida cómoda y sin dolor hasta una edad avanzada.
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